Historia
Breve Reseña Histórica
Las huellas de las culturas prehistóricas son abundantes a lo largo de todo su territorio, pero fue durante época romana cuando el poblamiento estos parajes gozó de una fuerte vitalidad debido a la presencia de importantes explotaciones mineras, muchas de las cuáles volvieron a ser utilizadas siglos después. Durante la dominación árabe, Hinojosa del Duque, como el resto de la comarca, orientó su actividad económica hacia la agricultura y muy especialmente hacia la ganadería. Sus extensas dehesas y las buenas condiciones de una parte importante de sus tierras de labor provocaron el asentamiento de diversos clanes de procedencia norteafricana que pudieron mantener en esta tierra sus habituales prácticas económicas desde el primer tercio del siglo VIII.
El avance cristiano, y la reiterada paulatina de las entidades políticas musulmanas, provocaron que la zona quedara como tierra de nadie, frontera de nuevo, durante más de una centuria, lo que marcó indudablemente su desarrollo posterior. Gracias a las campañas de Fernando III la zona norte de Córdoba pasaría a formar parte del Reino de Castilla en 1236, con que lo que se ponía fin a una etapa que había provocado una despoblación importante, así como la ruina de muchas de las actividades económicas presentes en el territorio.
Los nuevos pobladores procedentes del ámbito leonés y castellano serían los encargados de frenar esta tendencia desde la primera mitad del siglo XIII. Las posibilidades económicas que proporcionaban, y proporcionan hoy, los pastos de sus dehesas orientaron desde muy pronto su quehacer económico hacia el cuidado de una importante cabaña ganadera de ovejas, vacas y cerdos. Desde el primer momento estas posibilidades no pasaron desapercibidas para importantes productores del norte de la Península, que hicieron discurrir por estas tierras la Cañada Real Soriana, convirtiendo así a Hinojosa en zona de importante flujo de ganados y gentes. Esta nueva realidad económica tendría una clara repercusión en los hábitos y costumbres que adoptaron sus habitantes. Formas de vida que se han mantenido en una gran parte hasta la actualidad y que hoy hacen que Hinojosa del Duque siga poseyendo una identidad propia plasmada en sus fiestas, gastronomía, tradiciones y sentido de afrontar el futuro.
Hinojosa del Duque fue fundada como Finojosa del Pedroche a principios del siglo XIV, en el curso de la repoblación llevada a cabo en la comarca por el consejo de Córdoba, a cuya jurisdicción perteneció hasta 1444, en que, por donación del monarca Juan II, se integró, con la vecina Belalcazar, en el señorío y luego condado de los Gutierre de Sotomayor. Adoptó su nombre actual en 1533, al convertirse en duque el titular del condado, Francisco de Sotomayor. Fue la villa más poblada y próspera del condado.
A partir de 1444, y debido a tensiones políticas del momento, Hinojosa del Duque pasó a formar parte del Condado de Belalcázar, localidad próxima e ella. Como fruto de esta vinculación señorial, la localidad estaría posteriormente adscrita al ducado de Béjar y a la casa de Osuna, perteneciendo en la administración civil al partido judicial la localidad cacereña de Trujillo, pero dependiendo de la tutela religiosa del Obispado de Córdoba, lo que le permitió mantener sus lazos con la actual capital provincial y el conjunto de la región. Su pujanza económica y su situación geográfica hizo que este pueblo quedara enclavado en unas de las rutas básicas utilizadas para conectar el centro y el sur de la Península. Ello trajo como resultado la presencia de viajeros y la llegada de nuevos hábitos e influencias. Sin lugar a dudas, uno de los más afamados de estos viajeros fue el Marqués de Santillana, Don Iñigo López de Mendoza, que daría renombre literario a la villa al dedicar una composición poética a una de la mujeres de aquella época: “Moza tan fermosa non vi en la frontera como la vaquera de la finojosa…”.
El inicio del siglo XIX marcó, como para el conjunto del país, importantes cambios en la dinámica mantenida hasta la fecha. La liquidación del régimen señorial y la división territorial desarrollada bajo el regencia de María Cristina, provocaron que Hinojosa del Duque quedará incluida dentro de la provincia de Córdoba, con la que no había dejado de mantener fuertes relaciones de todo tipo. El avance de las comunicaciones y la mejora de las tradicionales vías de transporte permitieron que durante el pasado siglo XX Hinojosa del Duque consolidara su posición de rango y relevancia en el norte de la provincia.